"Descubrimos el restaurante de casualidad en medio de un viaje. La pasta de los raviolis es casera, con la cantidad perfecta de espinacas y queso fresco, la salsa del chef increíble, que acompañamos con pan gallego. La pizza con masa artesana, crujiente y esponjosa donde toca, ingredientes de calidad, incluso la salsa de tomate se notaba casera. Pedimos tiramisú casero de postre, lo suficientemente dulce para comer la porción entera sin llegar a ser empalagoso, la crema estaba espectacular. La atención del personal de 10, muy amables. Una sorpresa en el camino, no dudaremos en volver a pasar por aquí cuando visitemos Galicia de nuevo."