"Restaurante sencillo y muy rústico con dueños encantadores y muy cálidos. Lo que se compró se sirve para comer. Un plato grande de ensalada con lonchas de salchicha, entrante y luego dos o tres platos principales a elegir. Además de todo el vino y agua de la casa que quieras. Entretanto, contactáis con los demás invitados, brindáis o intentáis hablar con las manos y los pies. ¡Espléndido! De postre se le ofrecerán algunas delicias para elegir. La Crema Catalana casera es muy recomendable. Todo junto a un precio que es casi demasiado bueno para ser verdad. Estábamos felices de reunir mucho dinero para manualidades. Nuestra conclusión: Por favor, pasen por aquí, disfruten de la comida y del ambiente y pasen un buen rato allí."