"Descubrimos una casa de carmela por casualidad, ya que no tiene redes web o sociales. Subimos de finisterre a coruña y mirando posibles lugares para para parar a comer vimos que tenía muy buenas críticas, por lo que llamamos la misma mañana (era diciembre, en verano imposible reservar para el mismo día). Carmela se puso al teléfono y me preguntó qué queríamos comer, ya que su marido va a comprar a los pescadores la comida que quieren los comensales. Fuimos dos y pedimos centollo, pulpo y almejas, todos 10. Qué sorpresa encontrar un lugar tan genuino, tan tradicional, tan pequeño (sólo seis tablas), tan lejos de la globalización a la que estamos acostumbrados, en un pueblo llamado merexos, candado de muxia. para enfatizar que la carmela y su marido son personas encantadoras y cercanas, muy buenas. y el precio super bien, 29€ con dos copas de vino, agua, pan y postre! Por último, dos cosas a tener en cuenta: ellos no aceptan pagos con tarjeta y para aparcar debe buscar mucho para la vida. ¡Calidad pura!"