"Íbamos a visitar el monasterio, en grupo y teníamos la comida reservada aquí. La comida estaba toda muy rica y las cantidades eran muy abundantes. El sitio es bonito y está limpio (baños incluídos, algo que no suele ser frecuente en lugares con tanta afluencia de gente) Tienen opciones sin gluten y sin lactosa. Las carrilleras exquisitas y el flan de queso también (el camarero me confirmó que no contenía gluten ni lactosa y me sentó fatal, por mis síntomas podría asegurar que si que contenía lactosa, de todas formas, no lo comento a nivel de crítica, sino más bien por si alguien con mi problemática lo quiere probar, que pregunte las veces que sean necesarias y se asegure previamente. No culpo a nadie porque había muchísima gente y lo más normal es que el camarero se hubiera podido confundir por las prisas porque si atención en todo momento fue de 10 y en cualquier caso la culpa fue mía porque aún habiendomelo confirmado el camarero me parecía extraño que pudiera comerlo y me pudo el ser golosa y la buena pinta del postre , porque podía haberme comido una macedonia. Incluso habiéndome hecho daño, insisto en que estaba exquisito)."
