"Viajando por el Camino de Santiago desde Astorga a Ponferrada, nos sorprendió encontrar este restaurante en un pueblo casi derruido, Foncebadón, muy cerca de la Cruz de Hierro. Aprovechando las vistas estupendas que los nevados montes del Teleno nos ofrecían, paramos a tomar un café que resultó de puchero. Al entrar nos atrapó la magia del lugar, entre medieval y celta. La taberna está construida con piedra y maderas viejas y al igual que su rústica decoración, el personal lleva la indumentaria que corresponde a la época. Las historias y leyendas ancestrales que cuenta su tabernero contribuyen también a recrear este ambiente. El resultado fue que no solo tomamos un café de puchero para calentarnos, sino que después del paseo decidimos quedarnos a comer en tan peculiar lugar. Su cocina es tradicionaI, con buenos productos de la zona y aunque su carta no es excesivamente amplia la calidad y el precio la hacen apetecible. Podemos elegir Ninfa del río , una sopa de trucha. Sortilegio de huerta con toque blanco, así llamada su crema de calabaza con queso. Doncel marino en cuna de barro , o sea langostinos a la plancha servidos en teja árabe y otros platos con evocadores e imaginativos nombres. Nosotros comimos Trinchado medieval que es un revuelto de verduras con huevo y churrasco de ternera sobre pan. Todo regado con vino tinto. Finalmente, sin poder resistirnos, probamos los postres caseros, Tarta de la abuela , que es un pastel de chocolate y galletas y la Diosa blanca , una deliciosa tarta de queso. Según nos contó su propietario, la Taberna cierra el día de Navidad y abre el 1 de febrero."
