"I wanted to surprise my partner and since we had an event near this restaurant, I decided to book by proximity to that event and the mostly positive ratings of this place. We just entered the reception area where we were met in just a few seconds by a man with a smile that did not blur throughout the evening. After the initial process of choosing the table, we move on to the menu choice. Few dishes. To my liking, something that speaks well of the kitchen. No preparations, fried or precooked food. All fresh and with special dedication. It was a positive point, no doubt. Here I am in a small impass. Well, I do not decide to score better if the quality of the food or that of the service, as both rub the registration of honor. Each dish better than the previous one, all juicy, at its perfect point and without the spice-enhancing spice trap. The kitchen staff knows what they play and plays it with mastery. Fair amount to quench hunger and without the sensation of having eaten like a pig on the way to the slaughterhouse. The treatment of the staff, simply impeccable. Friendly, smiling and dedicated. Presentation and wine tasting before drinking. I don't know if they will have real interest in customer approval, of course, they make a lot of effort to make it seem like it. Of course, be careful if you go and you are weak in heart when you pay the bill, it is easy for you to fail the pacemaker. Even so, it is one of those places where you want to return from time to time. Nothing hurts to spend a little more and with more reason when you realize that twenty minutes after leaving the restaurant, you are still talking about how well you have dined. And with even more reason, when that person is the one you wanted to give a special night. A place I will return to, no doubt. (Original) Quería darle una sorpresa a mi pareja y siendo que teníamos un evento cerca de este restaurante, me decidí a reservar por cercanía a dicho evento y las valoraciones mayoritariamente positivas de este lugar. Recién entrado accedimos a la zona de recepción donde nos recibió en apenas unos segundos un hombre con una sonrisa que no se desdibujó en toda la velada. Después del trámite inicial de la elección de la mesa, pasamos a la elección del menú. Pocos platos. A mi gusto, algo que habla bien de la cocina. Nada de preparados, fritos ni alimentos precocinados. Todo fresco y con dedicación especial. Fue un punto positivo, sin duda. Aquí me encuentro en un pequeño impass. Pues no me decido por puntuar mejor si la calidad de la comida o la del servicio, pues ambas rozan la matrícula de honor. Cada plato mejor que el anterior, todo jugoso, en su punto perfecto y sin la trampa de la especia potenciadora de sabor. El personal de cocina sabe a lo que juega y lo juega con maestría. Cantidad justa para saciar el hambre y sin la sensación de haber comido como un cochino camino del matadero. El trato del personal, sencillamente impecable. Amables, sonrientes y dedicados. Presentación y cata de vino antes de beber. No sé si tendrán interés real en la aprobación de los clientes, desde luego, hacen bastante esfuerzo en que lo parezca. Eso sí, cuidado si vas y estás débil de corazón cuando pagues la cuenta, es fácil que te falle el marcapasos. Aún así, es de esos sitios donde apetece volver de vez en cuando. Nada duele gastarse un poco más y con más razón cuando te das cuenta que veinte minutos después de abandonar el restaurante, sigues hablando de lo bien que has cenado. Y con más razón aún, cuando esa persona es a la que querías darle una noche especial. Un sitio al que volveré, sin duda."
