"Sin reserva un día de agosto entre semana, nos dan mesa en 10 minutos. Mientras esperamos, pedimos unas bebidas que no llegan nunca, el chico, tras una mirada, se da cuenta de que se ha olvidado de nosotros, sin problema, un gasto menos. Ya en la mesa pedimos unos mejillones al vapor, de roca y frescos, unos chipirones, aquí es donde la mayoría de sitios debería revisar con qué materia prima realizan la fritura, al final el producto es tan pequeño que lo que comes es el rebozado, unas sardinas, no estaban tan frescas como las habíamos comido en anteriores ocasiones y además pequeñas si a eso les sumamos el preparado de días de ajo perejil y aceite mata el sabor del pescado. Arroz negro, no lo habíamos probado y a nuestro gusto justo justo. Es un sitio que está bien para comer y/o cenar pero como todo, tiene cosas a mejorar."