"Cuento mi experiencia: Jueves Santo, todo abarrotado de gente. Entendible que los camareros puedan demorarse un poco, hasta ahí todo bien. Pero el problema llega cuando tienes una reserva hecha para 8 personas a las 22h y llegamos LOS PRIMEROS al salón. Nos cogen nota de las bebidas y nos las traen. El salón comienza a llenarse de gente que tenía reserva, en total 6 mesas y la mitad de esas mesas con 3 o 4 personas (quiero decir que no había tantísimas personas). Una vez nos traen la bebida, la camarera se olvida de nosotros, literal. UNA HORA DE RELOJ para cogernos SÓLO LA NOTA de la comida. Llamábamos a la camarera pero ni siquiera nos miraba. Nuestro enfado iba en aumento cuando veíamos que los demás comensales estaban ya con su comida servida (encima que llegaron después que nosotros), y a nosotros aún no nos habían cogido ni nota. Total, que mi pareja se levanta para decirle que por favor nos coja nota de la comida, ya que la camarera ni nos miraba. Acto seguido la camarera viene a cogernos nota a las 23h, una hora después de haber pedido la bebida (durante este tiempo nos comimos dos cestas de pan). Una vez la nota está en cocina, pasó OTRA HORA MÁS, sólo para que nos sirvieran el primer plato, que era una tabla de quesos, mientras que las demás personas ya estaban acabando de cenar. Volvió a levantarse mi pareja para reclamar nuestra comida y dice la chica que sí, que ya sale. Con lo que comenzamos a cenar a las 12 de la noche y acabamos a la 1!! Y llevábamos allí desde las 22h!!! Increíble. Una pena, porque el lugar está muy bien y la comida está buena, pero el servicio nefasto. Ya es la segunda vez que me pasa, pero no habrá una tercera. Si tienes todo el tiempo del mundo para esperar, este es tu lugar"