"Este pequeño hotel está situado en el centro, justo al lado de la iglesia/plaza del mercado de Sóller. El lugar es muy pequeño y no hay mucho que ver aparte de la iglesia. Nuestro plan era conducir a otros destinos desde Sóller. En cualquier caso, no encontrará paz en este hotel. Pero eso ya lo sabíamos cuando hicimos la reserva. Varias veces al día llegan enjambres de turistas desde Palma en tren. Estos luego inundan la industria de la restauración o, a veces, se trasladan al Port de Sóller y luego regresan. En los restaurantes del mercado recomendamos hacer reserva o hacer cola y esperar hasta tener la oportunidad de conseguir asiento. En algunos casos nos negaron la entrada porque se estaban celebrando fiestas privadas. Nuestra habitación, la número 6, era muy pequeña y apenas tenía espacio suficiente para acomodar nuestras maletas. No hay ascensor, por lo que tuvimos que subir nuestro equipaje por varias escaleras, algunas empinadas y muy resbaladizas, hasta el segundo piso. La habitación estaba limpia y la limpiaban a diario, la vista directa a la iglesia era genial. La situación del aparcamiento en Sóller es un verdadero desafío y puede llegar a ser muy estresante. Todas las plazas de aparcamiento público suelen estar llenas y, en ocasiones, los coches están aparcados uno al lado del otro, lo que dificulta la entrada y salida de las plazas de aparcamiento. Sólo pudimos utilizar el aparcamiento del hotel el día de llegada y de salida ya que no estuvo disponible durante el resto de nuestra estancia. La organización del aparcamiento del hotel deja mucho que desear, ya que es compartido por varios hoteles. En nuestra opinión, el sistema de aparcamiento es muy complicado y poco transparente. Las calles son muy estrechas (teníamos un Mini Cooper) y hay muchas calles de sentido único. Conducir alrededor de la cuadra puede tomar entre 20 y 30 minutos. No se recomienda viajar, especialmente el sábado cuando tiene lugar el mercado en Sóller. El hotel en sí sólo dispone de dos plazas de aparcamiento (nº 6 y 7), pero su disponibilidad no está garantizada ya que al hacer la reserva no se registra ni la marca del coche ni el número de matrícula. No usamos la comida en el hotel y por lo tanto no podemos calificarla. Sin embargo, el personal fue amable y servicial. Tres noches en este hotel fueron más que suficientes para nosotros. No volveríamos a visitar Sóller, pero preferiríamos recomendar una excursión de un día a la ciudad."
