Rodamar - Speisekarte

Muy buen restaurante para comer, todo exquisito, un trato fenomenal 100% recomendable, ya tengo mi lugar favorito para comer en l'ampolla.

De los mejores restaurantes de L’ampolla sin duda, Muy buena calidad del producto, Buena presentacion y un servicio excelente. Apuesta segura

Hemos ido varias veces, y francamente nunca decepciona, es fantástico, tanto el trato, como el género que sirven y el lugar es precioso, volveremos sin duda.

El restaurante es precioso y la comida riquísima. Hemos comido el menú de fin de semana y tanto el arroz como todos los entrantes estaban de 10. 100% recomendable

Excelente experiencia, recomiendo este sitio, la comida y la atención de su personal es muy buena y todo enmarcado con unas vistas del mediterráneo. Gracias por habernos atendido tan bien y tener un hermoso día!!!

Todo excelente, la comida buenísima, no pido nunca arroz cuando vayamos a los restaurantes, pero aquí me pedimos uno de alcachofa en galeras que estaba sublime!!!! Y el resto en consonancia, el servicio excelente y la ubicación…, no hace falta decir nada más, un pase !!!

El restaurante abre con menos frecuencia a estas alturas de la temporada. El gerente y los camareros solo hablan español. Eso dificulta la comunicación, pero con algo de esfuerzo se puede lograr bastante bien. Sorprendente fue la buena calidad de la comida a un precio realmente bajo. Un menú de tres platos por 19€ .

Agradable y elegante local frente al paseo, la sala tiene grandes vidrieras. Probamos el menú fin de semana 35€. Buena relación calidad precio, y cantidad también! Sólo les recomendaría mejorar el postre para que sean del nivel del resto. Tienen opciones para niños. Muy buen servicio por mi gusto, profesionales y con la simpatía justa. Varias personas atendiendo a que hacen que todo vaya rodado ya tiempo.

El restaurante es muy bonito y esta muy vende situado. El personal es profesional, y correcto con algún detalle a mejorar. Refieren a la comida, encontramos varias cosas con común, los primeros nos gustaron, siempre teniendo en cuenta que los platos eran los típicos de toda la vida. Los arroces les faltaba algo de sabor, de personalidad. Y el postre, una auténtica desepción, industrial y único plato con un menú de fin de semana.